Luego de intentos insistentes para que le acompañara y muchas negativas de mi parte, mi esposa hizo quizá su último intento y me volvió a invitar a correr con ella. Eran dos vueltas y media a La Sabana, un sábado en la mañana, y el tedio de años...
Luego de intentos insistentes para que le acompañara y muchas negativas de mi parte, mi esposa hizo quizá su último intento y me volvió a invitar a correr con ella. Eran dos vueltas y media a La Sabana, un sábado en la mañana, y el tedio de años...